Las víctimas olvidadas de la violencia doméstica

ADELA LUQUE

Hace no mucho, un hombre presuntamente mataba a su mujer, a sus dos hijos menores y después se suicidaba. El crimen fue descrito por diversos medios como de “violencia de género” o “violencia machista”, y se comentó el número de mujeres que habían fallecido a manos de sus parejas o exparejas.

Muchas veces de los hijos, menores en la mayoría de los casos, se habla bastante poco o nada salvo que haya un fatal desenlace. En este caso dos menores, de 10 y 17 años, fallecieron. Toda una vida por delante que ya no podrán vivir.

Este artículo dará opinión sobre casos donde la mujer es la víctima y el hombre, maltratador. Pero hay que dejar claro que la gran mayoría de los hombres son buenos, y que también hay mujeres maltratadoras y madres asesinas.

Casi todos coinciden en que no hace falta mucho tiempo en una relación para darse cuenta si una persona tiene predisposición violenta o maltratadora. Es en esa temprana etapa el momento idóneo, o quizá la única oportunidad, para escapar de esa relación tóxica. Desafortunadamente, por amor ciego o baja autoestima, la relación con el maltratador no se termina.

Con la llegada de los hijos la situación, por supuesto, no mejora. Además, ya es imposible escapar. Mientras los niños sean menores, salvo en contadas excepciones, el maltratador tendrá derecho a verlos y estar con ellos, incluso si hay separación o divorcio. Muchas veces los utilizará para contactar o hacer daño a su madre.

Pero hablemos de la vida que les espera a esos hijos, muy diferente a la de otros. Nunca tendrán la niñez tranquila y despreocupada que todo niño debería tener. Será muy difícil borrar la violencia y otros episodios desagradables que hayan vivido. Desde pequeños, también se les exigirá más y se les inculcará un sentido de culpabilidad por lo que ha sufrido o sigue sufriendo su madre (ella raras veces se recuperará mental o emocionalmente) o si los tiene que sacar sola adelante, cuando ellos no tienen ninguna culpa de lo que ha sucedido.

En el peor de los casos, como hemos mencionado antes, la vida de los hijos se verá interrumpida antes de tiempo. Pero la principal víctima, a ojos de casi todos, será su madre.

Madre víctima. Madre, también, culpable. Directa partícipe en traer a sus hijos al mundo y que sabía, o debería haber sabido, la vida infierno que les esperaba.

Hijos fallecidos víctimas de la violencia doméstica. D.E.P.

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