Autor: Jorge Garrido
Chantaje a los españoles. No hay otra forma de calificar la campaña electoral.
Por un lado tenemos a una izquierda (PSOE y Unidas Podemos) que apela a lo social al tiempo que es la aliada necesaria del separatismo en su labor destructora de la unidad nacional.
Por otro lado tenemos a una derecha (PP, C’s y VOX) que apela mucho a España y su bandera, pero defiende políticas socio-ecónomicas liberales y anti sociales, inspirados por sus cerebros en la materia (Daniel Lacalle -liberal- en el PP, Luis Garicano -liberal- en C’s y Rubén Manso -liberal- en VOX), entre los cuales sólo hay diferencias de grado del primero al tercero, desde el simple liberalismo al ultraliberalismo más radical (el denominado «minarquismo», que es lo que siempre ha defendido Rubén Manso).
En los temas morales no hay mucha diferencia entre izquierda y derecha, y la única aparente excepción -VOX- ha dejado perplejos a propios y extraños poniendo como n° 1 al Senado por Madrid a un conocido activista LGTBI, José María Marco.
Esta dialéctica diabólica, este círculo vicioso en el que nos quieren meter a todos, es algo de lo que hay que huir como de la peste. Moverse dentro de esos parámetros supone resignarse a que nada cambie.
Gracias a Dios hay algunas provincias donde Falange Española de las JONS ha conseguido los avales suficientes para poder presentar su candidatura social-patriota y moral.
Donde no ha sido posible, que cada cual decida qué es lo menos malo. Yo en Madrid votaré nulo (única forma de rechazar activamente todas las opciones presentadas, restar porcentaje de voto a todas ellas -por tener que computarse mi voto-, y mostrar mi rechazo al propio Sistema -que es lo único que no refleja la otra opción posible, el voto en blanco-).
Nunca he defendido la abstención porque entiendo que en nada daña al Sistema (debería dañarle si la participación es muy baja, pero la realidad es que les da igual) y se confunde con el simple desinterés y la dejadez, que es lo que realmente motiva a la mayoría de los abstencionistas.
No, yo no me abstengo. Yo tengo mucho que decirles y ¡¡así se lo voy a poner en la cuartilla que voy a meter en el sobre de voto!!
