Open Arms, demagogia e inmigración

Autor: Gabriel García

El culebrón de este verano protagonizado por la ONG Open Arms y su barco de “rescate” vuelve a poner en boca de todos la política migratoria (o su ausencia) tanto de España como de la Unión Europea. Igual que sucedió el verano pasado con los tripulantes del barco Aquarius, esta remesa en concreto es una oportunidad para que los políticos de uno y otro signo, en función también de si están o no al frente del Gobierno, lancen sus consignas para que sus huestes tengan con qué discutir en las cloacas de las redes sociales y en las barras de los bares. Pedro Sánchez y su Gobierno quisieron apuntarse el tanto de ser muy solidarios el año pasado, no interesándoles la filantropía esta vez dado que unas elecciones podrían estar a la vuelta de la esquina y estos asuntos, políticamente muy incorrectos hasta hace nada, podrían acarrear consecuencias electorales no deseadas para el Gobierno provisional del Partido Socialista. Por ahora el único partido parlamentario que ha denunciado el entramado mafioso orquestado por ONGs, traficantes de seres humanos e inmigración irregular ha sido Vox; si bien algún verso libre de Ciudadanos también ha señalado lo que muchos españoles de a pie perciben: los pasajeros a cargo de Open Arms son, en su grandísima mayoría, hombres jóvenes, con smartphones, cadenas de oro y alguno hasta con brazos dignos de un boxeador.

 

Los falangistas denunciamos hace tiempo que “el asunto de la inmigración uno de los que genera en España más controversia desde los años noventa del pasado siglo XX, y sobre ese asunto es poco habitual encontrar posicionamientos políticos que puedan considerarse razonables, de forma que se cae con demasiada frecuencia en posturas maximalistas: o se ignora el asunto, e incluso se pide una desregulación del mismo, o se ataca al inmigrante con inhumana ferocidad, como si fuera ya de entrada un delincuente o no tuviera una mínima dignidad inviolable[1]. Las posturas maximalistas son las que vemos con frecuencia en el entorno de los partidos pomposamente autodesignados como progresistas, quienes no contentos con desear una absurda y utópica abolición de las fronteras también acostumbran a esconder la cabeza y mirar para otro lado ante las oleadas de crímenes con implicación de extranjeros llegados a España gracias a la laxitud de nuestras instituciones; de ese modo, la connivencia con las mafias de tráfico humano se legitima en una brumosa solidaridad y cualquiera que denuncie que, además de ser un negocio criminal, sólo aumenta el efecto llamada y, por tanto, las muertes en el mar, es acusado al instante por esta piara de moralistas de ser un racista, un xenófobo, un insolidario y todo lo malo habido y por haber. En el extremo contrario tenemos el caso de Vox, que si bien denuncia el negocio de la inmigración irregular e incluso la necesidad de ayudar a estas personas en sus países de origen[2] en lugar de incitarlas a una travesía con grandes riesgos de mortandad, su ideología liberal[3] les impide condenar el liberalcapitalismo que ha engendrado estos males y, por ello, se limitan a una denuncia de los efectos del mundialismo que están a la vista de todos y que ni sus más férreos defensores pueden negar.

 

Frente a los demagogos de toda índole incapaces de tratar el problema de la inmigración desde una perspectiva racional y sensata, hay que tener muy claro que “el inmigrante es el último eslabón de una cadena, la víctima propiciatoria del que es el verdadero problema causante de casi todos los males actuales de la sociedad: el Sistema liberal-capitalista[4]. Contra el Sistema, pues, hay que dirigir los mensajes a la hora de señalar culpables y exigir responsabilidades; por eso, nuestra participación en la Coalición ADÑ se justificó en el rechazo de las políticas al servicio de los mercados de la Unión Europea totalmente contrarias a los intereses de España como nación, teniendo muy presente por qué era necesario reivindicar un mayor control sobre las fronteras: “Razones de seguridad exigen poner fin al Espacio Schengen. El terrorismo islámico, las mafias que trafican con inmigrantes, los narcotraficantes y el resto de organizaciones criminales tienen un aliado en la inexistencia de controles fronterizos. Hay que acabar con esta situación, protegiendo nuestros límites territoriales, endurecer los criterios de acceso a la nacionalidad española y frenar las políticas de inmigración masiva que persiguen la llegada de mano de obra barata para someterla a explotación[5]. ADÑ hizo hincapié en varias medidas que actualmente se echan en falta y que, sin duda, muchos españoles se estarán preguntando por qué las élites gobernantes no las aplican:

ADÑ trabajará en las medias a adoptar para frenar las políticas que facilitan la inmigración masiva que, a su vez, parecen perseguir la llegada de mano de obra barata para someterla a explotación.

ADÑ estima que, para limitar y controlar los flujos migratorios, Europa debe realizar un mayor esfuerzo para la cooperación, el desarrollo y la lucha contra la pobreza en los países del África Negra, contribuyendo a frenar el drama que conlleva en la mayor parte de los casos la emigración a Europa desde aquellos países.

ADÑ propondrá medidas concretas para, en nombre de la justicia, de la necesidad de no descapitalizar humanamente los países, frenar en origen las causas de estas migraciones[6].

Sin duda, contribuir a la resolución de los problemas del continente africano es un desafío enorme pero, por el bien de todos, necesario; especialmente cuando el origen de los problemas a uno y otro lado del Mediterráneo está vinculado al mismo modelo político, económico y social incapaz de saciar su voracidad con un planeta entero. Habrá que repetirlo cuantas veces sea necesario: la justicia social y la libertad de naciones y personas, o el liberalcapitalismo; ambas son incompatibles.

 

 

 

[1] Garrido San Román, J.; “La inmigración: el enfoque falangista”: http://www.patriasindicalista.es/ateneoazul/ps_textos/la_inmigracion_01.pdf

[2]Ha explicado que Vox no está en contra de la inmigración, sino a favor de que se cumpla la ley de extranjería con una migración regular y controlada para que quien entre «trabaje y construya» con los autóctonos y ha añadido que la única solución posible pasa por «ayudar en origen»

“Vox concentra a un centenar de personas en Roquetas en repulsa por la agresión a un agricultor”; El Mundo, 14/08/2019: https://www.elmundo.es/andalucia/2019/08/14/5d543ad8fdddff07588b464f.html

[3]Vox ha hecho público su programa económico. Tras semanas de filtraciones parciales, ya conocemos la globalidad de sus propuestas en este campo. El resultado, y yo he sido el primer sorprendido, es el mejor y más liberal programa económico de entre los grandes partidos que se presentan a las próximas elecciones generales. Como ya he comentado en otras ocasiones, Vox es un partido que amalgama diversas corrientes de pensamiento tradicionalmente agrupadas alrededor de la derecha: un nacionalismo exacerbado, un conservadurismo intrusivo pero, también, un distinguible liberalismo en materia económica. Afortunadamente, parece que en el campo económico han prevalecido —de momento y ya veremos hasta cuándo— las ideas liberales

Ramón Rallo, J.; “Vox: el mejor de los programas económicos”, El Confidencial, 12/04/2019: https://blogs.elconfidencial.com/economia/laissez-faire/2019-04-12/vox-el-mejor-de-los-programas-economicos_1938754/

[4] Garrido San Román, J.; “La inmigración: el enfoque falangista”: http://www.patriasindicalista.es/ateneoazul/ps_textos/la_inmigracion_01.pdf

[5] ADÑ, Qué defendemos: https://xn--ad-0ja.org/que-defendemos

[6] ADÑ, Programa electoral de ADÑ para las Elecciones Europeas 2019: https://xn--ad-0ja.org/articulo/programa-electoral-de-adn-para-las-elecciones-europeas-2019-1

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