GABRIEL GARCÍA
El gran derrotado de ayer fue el Partido Popular, lo que Vox buscó desde el principio sabiendo que era imposible que la moción de censura saliera adelante teniendo en cuenta la configuración actual del Congreso de los Diputados. Ahora Pablo Casado tiene el papelón de justificar ante sus votantes por qué no se ha pronunciado contra el Gobierno de Sánchez, no siendo descartable que electoralmente le pase factura y aún más tras los elogios envenenados recibidos por parte de Pablo Iglesias. Aunque, del mismo modo que Podemos no pudo superar electoralmente al Partido Socialista, está por ver si el Partido Popular queda por debajo de Vox en las próximas elecciones generales.
Vox se convierte en la oposición parlamentaria real al Gobierno progre, aunque el tiempo transcurrido entre el anuncio de la moción de censura y el debate parlamentario ha jugado en su contra, restando eficacia a la primera impresión que provocó. Con la actual crisis sanitaria y económica por agravarse de aquí a un mes, ha pasado el momento en que los españoles podían tener el ánimo más dispuesto a preocuparse por el circo de los políticos. Vox ha conseguido una victoria mínima sobre el Partido Popular, aunque bastante por debajo de sus expectativas, y ha fortalecido la frágil coalición dentro del propio Gobierno sanchista y la relación con sus aliados secesionistas.
El Gobierno progre sale fortalecido con su discurso de tópicos y podríamos afirmar que es el gran triunfador de la moción de censura. Tienen enfrente a una oposición que movilizará a sus electores cual perro de Pavlov, así que electoralmente podría pasarle poca factura la pésima gestión de la pandemia y rentabilizar muy bien la enésima llamada al retorno de la «extrema derecha». No hay duda que Pedro Sánchez y Pablo Iglesias contemplaron con entusiasmo el espectáculo entre Vox y Partido Popular por ver quién era la mejor oposición. Ahora queda la duda sobre quién explotará mejor el triunfo, si el Partido Socialista o Unidas Podemos, ya que también es evidente que su alianza es algo circunstancial y de la que ambas partes se desembarazarían con mucho gusto.
Los separatistas de todo pelaje han aprovechado para estrechar relaciones con el Gobierno progre, que los ha blanqueado y legitimado ante el resto de los españoles. Aunque eso a Podemos le pasó factura en su momento y podría volver a ser un punto a favor de Vox.
Ciudadanos… Irrelevante. No merece la pena comentar nada más sobre un partido que podría desaparecer en las próximas elecciones, por más que el Ibex-35 lo prefiriese como socio de gobierno junto al Partido Socialista.
En la moción de censura de ayer, políticamente, todos sacaron algo positivo, a excepción del Partido Popular y Ciudadanos; unos más, otros menos; unos por debajo de sus expectativas, otros por encima. Y, como siempre, quien pierde es el conjunto de los españoles.
