NORBERTO PICO.

De confirmarse el cambio en el inquilino de la Casa Blanca tocará esperar a constatar si se producen cambios en la política exterior estadounidense. Eso es lo realmente importante para nosotros, españoles, más allá del interés informativo suscitado por las elecciones en la primera potencia del mundo.

Mientras eso llega, a modo de apunte, podemos deslizar algunos comentarios:

• No parece muy serio que un país con el desarrollo tecnológico que se le supone a EEUU tarde cinco días en dar a conocer el resultado de las elecciones. Menos aún que planeen sobre dichos resultados dudas sobre su legalidad. No es la primera vez que esto sucede. Ya en el año 2000 la pugna entre Bush y Gore debió dirimirse en el Supremo.
• El error en las predicciones de los sondeos, que auguraban una contundente victoria de Joe Biden que ha quedado en victoria por la mínima, confirma la tendencia a la utilización partidista que se hace de las mismas. No se hacen encuestas para conocer la intención de voto sino para influir en ella.
• La victoria de Biden está siendo asumida como propia por toda la izquierda española y europea. También está siendo saludada con regocijo por la derecha globalista. Más allá del oportunismo de quienes quieren apuntarse cualquier victoria por lejana que sea, si parece previsible que las ideologías asociadas al progresismo mundializador (feminismo, LGTB, multiculturalismo, aborto, etc.) y las instituciones internacionales que lo promocionan podrían salir reforzadas.
• Salvo que consiga demostrar en los tribunales el pucherazo que denuncia y pueda así seguir siendo Presidente de los EEUU, Trump habrá finalizado su mandato con un logro nada desdeñable: será uno de los escasos presidentes norteamericanos que no inició ninguna guerra durante su mandato. No es poca cosa teniendo en cuenta que Biden formó parte como Vicepresidente de la administración Obama, bajo cuyo mandato EEUU atacó Afganistán, Yemen, Siria, Iraq y apoyó los bombardeos sobre Libia.
• No parece previsible que la nueva administración Biden detenga los planes que Trump tenía para sus bases en España, para las que había ordenado el refuerzo de sus efectivos militares con la presencia de nuevos destructores. El objetivo de cualquier gobierno español que quiera recuperar la soberanía nacional deberá seguir siendo la salida de las tropas norteamericanas de nuestro suelo.