El Partido Popular quiere que el Pleno del Congreso de los Diputados debata sobre los símbolos nacionales, apelando a que existe una clara deficiencia de su presencia y uso en los espacios públicos. Esta iniciativa parlamentaria pretende que el Congreso inste al Gobierno sanchista a tomar las medidas necesarias para proteger la bandera y el escudo nacionales y promover su uso en toda España. Por desgracia, suena a broma pesada teniendo en cuenta la presente situación de crisis sanitaria y los antecedentes del Partido Popular al frente del Gobierno.

Este reciente interés del Partido Popular por promover lo que llaman «patriotismo fuerte» resulta curioso, dado que no se recuerdan iniciativas similares cuando ostentaron el Gobierno de España durante las legislaturas presidenciales de José María Aznar y Mariano Rajoy. Es más, los gobiernos del Partido Popular se han caracterizado por suspender el servicio militar, aumentar las competencias autonómicas en beneficio de los secesionistas y amenazar a éstos con hacer cumplir la legalidad vigente cada vez que se la han soltado impunemente sin que tuviera lugar ninguna consecuencia. En el mejor de los casos, el «patriotismo fuerte» del Partido Popular consiste en fastuosos desfiles militares del Ejército español integrado en los intereses de la OTAN y la ONU, en loas a la monarquía borbónica encarnada hoy en Felipe VI y una defensa a ultranza de su padre Juan Carlos I, y una constante apelación a la Carta Magna que las instituciones del Régimen del 78 son las primeras en incumplir a diario y dejarla en papel mojado.

Los falangistas entendemos algo muy distinto por patriotismo fuerte. Entendemos unos sistemas sanitario y educativo públicos y de calidad, bajo el control del Gobierno y no de las taifas autonómicas. Entendemos un Estado descentralizado en lo administrativo y centralizado en lo político, sin autonomías despilfarradoras ni divisoras. Entendemos un Estado social que vele porque todos los españoles dispongan de un trabajo digno con el que ganarse honradamente la vida. Entendemos unas Fuerzas Armadas al servicio de España y no de intereses ajenos a los de nuestro pueblo. Entendemos mucho más que una bandera hondeando al compás de la Marcha Real, ya que no hay patriotismo digno si no reivindica la justicia social y la soberanía de la nación histórica frente a los grandes poderes económicos y políticos que la someten hoy. Entendemos, pues, todo lo contrario al mediocre «patriotismo fuerte» (y constitucional) del Partido Popular.