Este Asunto de la ley trans me ha recordado a la novela 1984 de George Orwell. En ella, hay un momento en el que el protagonista, Winston Smith, es torturado y el verdugo le pregunta cuánto son 2 más 2 y aquel responde, obviamente, 4; pero el verdugo le sigue torturando, y ante ello, Winston Smith responde 3, 5… Al final el verdugo le dice que 2 más dos pueden ser 3,4, 5 según convenga al partido dominante, el INSOC (acrónimo de socialismo inglés). En definitiva, la realidad no es como es, sino como conviene al partido dominante.

En la película de los Monty Python La vida de Brian, hay un hombre que reivindica su derecho a parir porque se siente mujer. Esto, que en aquel entonces era una exageración de la realidad con el objeto de producir risa, se ha convertido hoy en realidad. Ha llegado el momento en el que no se puede caricaturear a los izquierdistas tratando de exagerar sus actuaciones o formas de pensar, porque ellos solos se superan día a día.

Que se haya llegado a un punto tal en el que decir que los niños tienen pene y las niñas tienen vagina sea considerado “incitación al odio” da muestra de cómo nos acercamos a 1984.

Llegados a este punto cualquier día sacarán una ley prohibiendo que el agua moje.

Sin embargo, esta Ley Trans tiene su lado positivo y es que, aunque haya una ley que prohíba al agua mojar, al agua sigue mojando. Aunque nos digan que el sexo es una construcción social, es una realidad biológica. Cuando las pruebas físicas destinadas a mujeres para entrar a la policía, el ejército o los bomberos sean superadas por hombres que en ese momento se sienten mujeres; cuando haya hombres que sean acusados de violencia de género y no se les pueda aplicar la Ley de Violencia de Género porque se sientan mujeres, entonces, habremos llegado a la verdadera igualdad legal entre hombres y mujeres.