Autor: Manuel Chacón

Francia, los franceses, han dado muestras y ejemplo una vez más de dignidad nacional, de lucha social y nacional. Han luchado, literalmente, por sus derechos sociales de manera transversal y apartidista. Y han ganado la batalla. ¡Tomemos ejemplo!
El movimiento de los así llamados «chalecos amarillos» ha tenido durante semanas en jaque al gobierno del neoliberal populista Emmanuel Macron, verdadero hombre en Francia de las internacionales capitalistas, con miles de franceses echados a las calles y carreteras de toda Francia protestando y luchando contra sus políticas económicas.

Las filas de los chalecos amarillos las nutren franceses de clase media y obrera, que pedían inicialmente la bajada de impuestos a los carburantes; pero también recuperar el poder adquisitivo perdido en los últimos años, una mejora de los servicios públicos (especialmente en la Francia periférica que no tiene las ventajas de las grandes ciudades) y darle en la cara, en fin, a la corrupción moral, política y de todo tipo de las oligarquías en Francia.
Antes de anoche, el presidente de la República, Macron, compareció televisivamente, seguido por decenas de millones de espectadores, para anunciar una «rendición parcial»: subida del salario mínimo en 100 euros desde el año que viene y eliminación de ciertos impuestos que iba a instaurar.
Unirse por encima de toda diferencia y luchar sale a cuenta: aprendamos todos.