DAVID PEDRAZA
Parece ser que ha levantado algún revuelo la frase anterior que dije en el programa de Radio Ya «Perspectiva Sindicalista» el pasado 15/11/2019, el nº 149. Y gracias a Dios que lo ha levantado, porque a veces se omiten determinados debates para quedar bien y agradables con algunos a costa de la pureza doctrinal y de la verdad. Al final, con tanto buenismo, el mensaje político se queda huérfano y se respira ese tufo burgués de reducir todo a la economía y la soberanía.
Que mucho se ha hablado de que los ricos lo reducen todo al dinero, pero poco se ha dicho de una realidad que tiene que florecer. Y es que hay mucho obrero y trabajador que, en palabras de Charles Peguy, «ya no tienen más que una idea, la de convertirse en burgueses«, es decir, en materialistas y hedonistas sin remedio, en aspirar a convertir su existencia vital en un permanente y siniestro parque de atracciones para adultos (Philippe Muray dixit) donde comprar juguetitos o recuerdos y divertirse ad infinitum en multitud de espectáculos y atracciones (y si les joden o no tienen fuerzas para la diversión, inyección letal y fuera), y su justicia social se reduce a que les toca las narices no tener ni tiempo ni dinero para entrar en todas las atracciones…. De éstos decía Peguy: «No han conservado las virtudes obreras«.
Que no sólo de pan vive el hombre, que la vida es un permanente combate (unas veces, paciente o muy paciente; otras, furioso; otras, pequeñas escaramuzas de espejo o de salón; otras, grandes batallas) contra el mal que nos corroe a todos nosotros, por amor a la virtud, al bien, y a Dios, y que exige asumir alegre y resueltamente sacrificios personales y materiales.
Y sí, señores, la Justicia Social sirve para un único fin: seguir luchando el combate. Que un “señorito” que renunció a la posición que le daba sus títulos nobiliarios y acribillaron a balazos con 33 años no dijo que sólo son felices los que aspiran a tirarse a la bartola y divertirse en el parque de atracciones, sino que «sólo son felices los que saben que la luz que entra por su balcón cada mañana, viene a iluminar la tarea justa que les está asignada en la armonía del mundo«. «Y queremos que la dificultad siga hasta el final y después del final; que la vida nos sea difícil antes del triunfo y después del triunfo» (José Antonio Primo de Rivera dixit), porque no aspiramos más que a la eternidad donde exista «un Paraíso donde no se descanse nunca y que tenga, junto a las jambas de las puertas, ángeles con espadas«.
Y esto hay que tener claro, porque por el camino que vamos a nivel social (que ya no sólo se deconstruye la idea de Dios, la Nación o la familia, sino de lo que es un ser humano), llegaremos a un punto que o te aferras al Dios de la Verdad, o la mentira te terminará tragando y golpeando como un huracán. Ya no podrás quedarte a medias, esperando el golpe que viene y pensando «¡Mas pruebas! ¡Más pruebas!».
Fabrice Hadjadj: “Ya no se trata de tener fe para acercarse a Dios, sino para seguir siendo humanos”.