El silencio de Vox

Autor: R.MA.G.

Advertencia al lector: no siga leyendo si no dispone de, al menos, 15-20 minutos.

 

 

En este artículo, lejos de recurrir a la metáfora y las ilustraciones, procuraré ser conciso y directo para analizar al que está siendo el indiscutible protagonista de la actualidad política en España. Los Casado, Rivera, Iglesias y el nefasto Sánchez han quedado eclipsados por el fenómeno VOX, que tras el golpe en la mesa dado con el éxito alcanzado en Vistalegre, se plantea ahora el “asaltar los cielos” como en su día diría el líder de la formación morada.

No os engañaré y seré sincero reconociendo el valor que tiene juntar a más de 10.000 personas ondeando banderas nacionales por un evento que no sea un mero deporte. Tiene un valor y no reconocerlo sería incurrir en la injusticia, la evidencia salta a los ojos.

Ahora bien, no puedo evitar el análisis de la base social del verde movimiento. Si bien es cierto que gozan de una gran cantidad de variopintas personas, podría decirse que son dos núcleos duros los que componen su base: por un lado, los indecisos que andaban perdidos en el bipartidismo primero y en el “cuatripartito” posterior, desencantados con ellos al ver que no cumplen sus expectativas, siendo sus actuaciones reprobables en numerosas ocasiones; y, por otro lado, puedo distinguir a un sector de la fracturada derecha tradicional española. Si bien es cierto que los hay quienes se han ido a una posición más centroide (naranja), los hay quienes son fieles al PP porque desconfían de Ciudadanos al verlos muy progres y no están dispuestos a votar a VOX porque, pese a que les gustaría ver a “gente de valores” en las instituciones, no ven probable la representación verde en el Congreso. Es el mal llamado voto práctico. Por último, está la persona de (normalmente) corte católica y fuerte cerrazón, creencia en las ideas familiares, sociales y administrativas propuestas por el que me atrevo a llamar el “Spanish Trump”. Ven en él el líder que la nación necesitaba desde hacía tiempo, un nuevo capitán para que el barco no pierda el rumbo.

Honestamente, siendo católico y, tras escuchar y leer a estos nuevos protagonistas de la política nacional, caería en la tentación de votarles. Y, no os mentiré, en un principio fueron de mi agrado, me llegaron propuestas para afiliarme y llegué a titubear. Sin embargo, no quiero caer en el engaño y me remití al más puro papel, a lo que está escrito. Es fácil engañar a un católico cuando ve que los medios de comunicación solo muestran como opciones a elegir partidos que como mínimo son socialmente progresistas (si así hay que erróneamente llamar a toda propuesta social nacida desde la izquierda y aceptada por la tibia derecho popular). El católico se siente solo y abandonado, quedando un nicho de mercado electoral muy suculento a la intemperie.

Así pues, analice las propuestas hechas por VOX y me remití directamente al programa propuesto por ellos: “100 medidas para la Espana Viva”. Una vez inmerso en él, me dirigí al punto 70 y en adelante,  el apartado “VIDA y FAMILIA”.Y sí, hacen propuestas de apoyo a la natalidad y a la familia que yo mismo firmaría dentro de mi condición de católico y creyente en la Vida. Sin embargo, os animo a que hagáis un ejercicio: buscad dentro de este apartado (o en todo el programa si queréis) una expresa prohibición y declaración de intenciones contra el aborto. Un expreso reconocimiento del horror que supone la muerte del no nacido y una radical postura contra ello.

 

Realice el ejercicio con el siguiente link (puntos 70 a 81):

Haz clic para acceder a 100medidasngal_101319181010040327.pdf

 

 

Efectivamente, no está. No hay una palabra escrita sobre la expresa lucha contra el aborto, la abolición de la barbarie que supone reconocerlo como un “derecho”. De hecho, en el hipotético caso de una victoria electoral de VOX, mantener la ley actual con todos sus cruentos efectos no sería mentir ni supondría un engaño electoral porque lo que no está escrito no se puede exigir. De hecho, solamente creando las leyes con las que prometen la protección familiar y la defensa de la natalidad cumplirían su palabra. No hay valor para, alto y claro, decir: “NO AL ABORTO”. Esto me es familiar, son las medias tintas que tanto han gustado siempre al Partido Popular y la antigua Alianza Popular. Supongo que el paso por Nuevas Generaciones del verde líder dan de sí.

Analizando el discurso del partido ultraderechista (ultraliberal) no puedo evitar caer en la tentación de ver los paralelismos entre la campaña de aquel ya lejano Rajoy prometiendo demoler el aborto a cambio de quitar de en medio a Zapatero, atrayendo al católico de entonces horrorizado por la novedosa ley socialista. Y el gallego triunfó, y tras seis años se contentó con retocar el texto legal para lavarse las manos, institucionalizando la eliminación de seres humanos antes del nacimiento.

Ahora, si ni lo más “radical” dice que no al aborto con contundencia… ¿Qué nos queda? No dejan más opción que tragar si o si dicha interrupción del embarazo.

Si volviéramos a párrafos anteriores, a los núcleos sociales de VOX, podríamos entender el motivo: no tienen coraje a decir algo tan directo porque la amplia base de indignados podría disminuir si de frente dijeran que no al aborto, a pesar de contentar a la base católica. Por ello, se decanta por un mensaje de acción positiva omitiendo la palabra “prohibición”. Estrategia derechoide, ir de perfil. Sí, muy de Mariano Rajoy. Dadle tiempo y éxito y tendréis en los verdes al nuevo Partido Popular (lo cual es normal, ante el descrédito y desgaste de los populares y la falta de convicción de la formación de Rivera).

Me gustaría poder votarles, sería más sencillo para mí, pero mi moral social y católica me lo impiden. Andad con cuidado, porque los cantos de sirena han mutado para sonar como el himno nacional, finalizando con un contundente “Viva España”. Y es que España no debe vivir sino mejorar, poniendo los ojos siempre arriba.

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