A propósito de Vox

Autor: Jorge Garrido

Me parece interesante analizar, aunque sea someramente, el fenómeno de VOX, su reciente auge y su programa político.

Este partido nace de los descontentos del PP de Rajoy, y así se entiende que sus referentes hayan sido siempre Aznar, María San Gil, etc., aunque con el tiempo ha ido perfilándose con una línea propia. Primero intentaron ser algo así como el FN de Le Pen en España, pero para no asustar a sus apoyos liberales, atlantistas y pro israelíes, han reculado un poco para mantener una calculada equidistancia que les hiciera recoger el voto de la denominada «extrema derecha» (es notoria la presencia de los dirigentes de la Fundación Nacional Francisco Franco en VOX) sin perder el apoyo de los liberales (el Grupo Intereconomía del señor Ariza, Losantos y su «Libertad Digital y «EsRadio», etc.).

Pero, ¿por qué tantos medios de comunicación están dando a VOX la publicidad que antes le negaban, logrando así que un partido que estaba a punto de desaparecer hace un par de años esté despegando? Yo creo que la razón principal es que VOX le sirve a la izquierda para dividir el voto del PP y a la derecha para obligar al PP a «derechizarse», aunque al final muchos volverán a votar al PP y pedirán a VOX que se sacrifique para evitar un gobierno socialista-podemos-separatistas. Pero para ello antes deben inflar a VOX y que el PP lo vea como un peligro real, pues si no jamás rectificará.

Hay que reconocer que VOX ha hecho un gran trabajo en muchos temas, especialmente en el frente judicial contra los separatistas y en las redes sociales. Para ello ha necesitado mucho dinero, sin duda, pero también dirigentes que saben lo que quieren y cómo conseguirlo. Y lo han hecho bien, las cosas como son.

Su programa tiene puntos muy interesantes que cualquier persona razonable puede -y debe- suscribir, otros muy discutibles, otros que no puedo compartir en absoluto y también tiene notables ausencias.

Un falangista como yo siempre estará de acuerdo en defender la unidad de España (aunque no en el centralismo, pues tan malo es dejar en manos de los separatistas los instrumentos políticos y jurídicos que necesitan para lograr sus fines, como combatir eso centralizando todo y eliminando la tradicional descentralización española), la vida, la protección de nuestras fronteras, la reivindicación de Gibraltar, etc.

Pero no puedo estar de acuerdo con las políticas económicas liberales (nada hay en el programa de VOX que cuestione los tratados de libre comercio o las deslocalizaciones, por ejemplo), con confundir los excesos impositivos actuales con la necesidad de eliminar o reducir los impuestos a los grandes patrimonios y las grandes rentas, con decir que se defiende al trabajador apoyando a los empresarios (a los que también creo que hay que apoyar, pero el obrero necesita una protección concreta -gravemente atacada con las últimas reformas laborales- que a VOX no parece importarle nada en absoluto), con introducir el sistema de capitalización en las pensiones (algo que servirá para que los fondos privados de pensiones hagan buenos negocios, pero que perjudicará a los jubilados), con mercantilizar el suelo liberalizándolo totalmente, con reducir el problema de la vivienda al problema de los «okupas» y a la falta de liberalización del suelo (nada sobre la especulación, los elevados alquileres o los desahucios), etc. Por supuesto, ni pensar en cuestionar el Euro y la pérdida de soberanía financiera y monetaria a favor del BCE…

VOX está introduciendo debates interesantes y mucha gente de buena fe lo apoya. Creo que con el tiempo se decepcionarán y unos volverán al PP para evitar un gobierno de izquierdas y otros se darán cuenta de que en realidad los dirigentes de VOX no son «de los suyos». ¡Tiempo al tiempo!

Los falangistas somos como somos y pensamos como pensamos, pero nunca los medios de comunicación nos han dado la cancha que ahora le están dando a VOX porque nosotros no somos «disidencia controlada», sino auténtica… y VOX siempre va a ser más controlable que nosotros…

La base social de los falangistas es actualmente muy modesta (aunque potencialmente amplia), y muy distinta a la de VOX: patriotas contrarios al Régimen del 78, a la Globalización, al atlantismo y al liberalismo, y de extracción variada, pero principalmente trabajadora. Un trabajador orgulloso de ser español es un falangista en potencia, pero nunca tendrá buen acomodo en VOX porque este partido carece de sentido social.

La base social de VOX, que no es obrera -ni puede serlo a la vista de su programa-, es más bien la de los «peperos descontentos», que no es de fiar (y preveo que, ya sea por miedo a un gobierno de izquierda, o sea por darle una oportunidad a Pablo Casado, acabará volviendo en gran medida al PP), y la de los «franquistas», que entiendo que están en un proyecto que realmente les es ajeno (y si VOX crece, acabarán siendo desplazados y despreciados), por lo que esto a la larga no puede funcionar.

Para los falangistas un patriotismo que no es al mismo tiempo social, es un patriotismo falso, un patriotismo no para todos los españoles, sino sólo para los acomodados. Una estafa, vamos.

VOX ahora es útil a ciertos poderes para presionar al PP, pero cuando no lo sea desaparecerá como antes hicieron lo mismo con UPyD y Rosa Díez. Bastará con el «apagón mediático»…

Sólo espero que tanta gente sana y buena que ahora está apoyando ese proyecto -creo que equivocadamente, pero de buena fe-, no acabe desencantada con todo y acabe mirando a quienes siempre han sido «de los suyos».

El tiempo dará y quitará razones.

 

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